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Humedad y temperatura

Actualizado: 28 jul

El verano es agradable; sentir el viento en la cara mientras el sol hace lo suyo con la vitamina D para que nos sintamos felices y maravillados con el mundo. Pero a nadie le gustan esos días secos de las vacaciones, en donde caminar una cuadra te hace suplicar por unas gotas de agua, mientras que el único aire que sientes es el caliente que sale de tus narices cuando exhalas.


Lo mismo pasa con las plantas: cuando están en una temperatura idónea, crecen verdes, fuertes y tupidas. Pero cuando están con un exceso de calor, suelen estancar su crecimiento, o si tienen más humedad de lo necesario, pueden producir hongos que destruyen la cosecha a unas semanas del corte.

Debemos entender cada uno de los procesos de la planta, dependiendo del factor que analizamos en el camino.


Para evaluar la temperatura y humedad de nuestro cultivo, separaremos a la planta por etapas.


Etapa de enraizamiento:

La planta (o también esqueje) está sin raíz y su única absorción de agua es a través de las hojas que van saliendo con el paso de los días. Es por ello que debemos mantener una estación en donde la planta se sienta cómoda con su medio ambiente y pueda preocupar su energía en generar las raíces que conquistarán nuestro sustrato.


Con una humedad sobre el 60 % y una temperatura entre 20 ºC y 23 ºC comenzamos a generar sus raíces. Si nuestra humedad es baja, siempre podemos ayudarnos pulverizando las plantas (ideal que sea en la noche o cercano al apagado de la luz para no generar un efecto lupa en las hojas) o invertir unos billetes para comprar un humidificador.


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Etapa vegetativa:

La planta ya tiene una base de raíz suficiente como para alimentarse por sí sola; las hojas comienzan a evaporar el agua, por lo que la planta comienza a enfriarse. Debemos aumentar gradualmente la temperatura (desde los 22 ºC la planta comienza a absorber sus nutrientes para una correcta alimentación, hasta 25 ºC), aumentando levemente la fuerza lumínica del cultivo. La humedad deja una brecha más grande para jugar: entre 40 % y 60 % podrá ser capaz de generar su sistema radicular, además de absorber los nutrientes para comenzar su crecimiento vertical.


Si mantenemos temperaturas superiores al rango, generaremos un espacio internodal demasiado amplio, lo que hará plantas débiles para soportar las flores futuras.


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  • Siempre es bueno mantener una correcta ventilación en el cuarto de cultivo, lo que nos ayudará a circular el aire dentro de la carpa, pudiendo subir o bajar la humedad y temperatura de todo nuestro ecosistema.





Inicio de floración:

Comienza el momento en que la concentración de la planta se prepara para generar brotes que más tarde serán el lugar donde irán las flores finales. Por lo mismo, reducimos la humedad (50 % hacia abajo) para evitar la propagación de hongos (sobre 60 %). Para ello, debemos sacar el aire caliente que está dentro del cultivo y entregar a las plantas un aire nuevo y fresco.

La temperatura no debe pasar de los 27 ºC para evitar la llegada de plagas enemigas para el cultivo. El potasio ayuda en crisis de sequía y el calcio nos protege de las plagas en las altas temperaturas.

Si tenemos temperaturas extremas y trabajamos con luz HPS, siempre podemos tener un cooltube para aislar el calor de la ampolleta con las plantas.


Floración final:

Bajar la temperatura en un rango de 5 ºC ayudará a mejorar el sabor de nuestra cosecha, ya que aumentará la cantidad de tricomas para defenderse del estrés producido por el cambio en su ecosistema.

Si mantenemos una temperatura superior a los 27 ºC durante el proceso de floración, tendremos como resultado cogollos aireados y con menor peso de lo que representan.


Siempre hay que tener presente la razón por la que estamos cultivando. ¿Para qué será nuestra cosecha? Para cultivos generados para posteriormente realizar extracciones, necesitamos más producción de tricomas que de "carne", y las temperaturas a las que se enfrenta la planta serán idóneas para este resultado (bajas temperaturas para generar tricomas defendiendo a la planta del estrés climático o estrés hídrico, el cual consiste en dejar periodos más prolongados entre un riego y otro).


Hay que tener presente que la temperatura del agua en el riego influirá en si la planta aceptará o bloqueará el acceso de nutrientes. Desde los 18 ºC en adelante, en el riego la planta podrá "comer" de una forma idónea.

Con temperaturas bajo los 16 ºC, la planta comienza a bloquearse y a tener deficiencia de nutrientes, comenzando por tener un color oscuro en las hojas, para luego partirse y presentar bordes con un color marrón.


Se debe hacer progresivo el aumento de temperatura para que la planta, después de haber generado sus dientes (raíces), pueda procesar la alimentación que se le entregará en la flora (rica en azúcares y minerales para fortalecer su engorde).

Lo ideal es poder tener un medidor de temperatura y humedad para saber las condiciones en que se encuentra nuestro cultivo y poder defenderlo en caso de ser necesario.


Todas estas mediciones se toman buscando asimilar un estado ambiental similar a condiciones outdoor.


Hoy, gracias a las libertades legales del cultivo de cannabis, se han podido realizar estudios para optimizar la recepción de nutrientes en la planta, sus riegos y, en general, poder llegar al punto máximo de la planta en su desarrollo.




Te dejamos una tabla de medición de VPD (déficit de presión de vapor) para que puedas tener una idea de por qué debemos mantener y cuidar las condiciones de temperatura y la humedad relativa dentro de tu espacio de cultivo.

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* Créditos de la imagen a quien corresponde, no es un material realizado por @diariodeunavola *



Si quieres conocer más sobre el VPD en tu cultivo, revisa la reseña en nuestro blog !

¡Recuerda que puedes hacer tus consultas en los comentarios o buscarnos en instagram: @diariodeunavola!







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