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Tricomas.

Actualizado: 28 jul


Muchos cultivadores escuchamos una y otra vez que, para saber cuándo cosechar nuestra planta, debemos observar los tricomas y esperar a que estén 50% ámbar y 50% lechosos.


Pero... ¿sabemos realmente qué significa que estén de cada color? ¿Y por qué ese punto es tan recomendado?


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Primero, ¿qué son los tricomas?


Los tricomas son esas microglándulas brillantes, como pequeños cristalitos, que recubren principalmente las flores del cannabis. Son la fábrica química de la planta, y es en su interior donde se producen los compuestos que tanto valoramos.

Y aquí un dato clave que muchas veces se pasa por alto:lo que se almacena dentro de los tricomas no es THC ni CBD como tal, sino sus formas ácidas y precursoras: THCA (ácido tetrahidrocannabinólico), CBDA, CBGA, entre otros.Estos compuestos no son psicoactivos en su estado natural, y se transforman en THC, CBD o CBG mediante un proceso llamado descarboxilación, que ocurre al aplicar calor (como cuando fumas, haces extracciones o cocinas con cannabis).

Además de estos cannabinoides en estado ácido, los tricomas también contienen terpenos, responsables del aroma y sabor, y flavonoides, que aportan color y propiedades terapéuticas.



Pero además, los tricomas cumplen una función evolutiva:


Proteger a la planta de depredadores, rayos UV, hongos y cambios extremos del entorno.El aroma fuerte de los terpenos ahuyenta insectos y herbívoros; la resina pegajosa los atrapa o molesta; y la capa de cristales actúa como filtro solar contra el exceso de radiación.


La planta produce más tricomas cuando está bajo ciertas condiciones de estrés controlado. Por ejemplo, una ligera sequía, variación de temperatura o mayor exposición a luz UV pueden estimular la producción de resina.Por eso muchos cultivadores aplican técnicas al final de la floración como el cold shock, oscuridad extendida o restricciones de riego: no es maltrato, es aprovechar cómo la planta reacciona naturalmente para defenderse... y así potenciar tricomas, terpenos y flavonoides.


No todos los tricomas son iguales: la clave para extractores.


Existen distintos tipos de tricomas, pero el más relevante para cultivadores y extractores es el tricoma glandular tipo “cabeza de globo”. Tiene un tallo y una glándula en la punta, donde se concentra la mayor parte de los compuestos activos.

Estos tricomas varían en tamaño, y su estructura es clave para las extracciones: mientras más grandes y maduros, más contenido de resina y más fáciles de separar durante técnicas como dry sift, ice-o-lator o rosin.


Si haces extracción, observar no solo el color, sino también el tamaño de la glándula y su desprendimiento natural del tallo, puede marcar la diferencia entre una extracción promedio y una de alta calidad.



El color habla: ¿qué nos dicen los tricomas?


A medida que la planta madura, los tricomas cambian de color, y eso nos da una pista clara sobre el punto de cosecha. A grandes rasgos:

  • Tricomas transparentes: Inmaduros. Los cannabinoides en su forma ácida aún están en desarrollo. Cosechar aquí te dará un producto con bajo efecto y poco aroma.

  • Tricomas lechosos o blancos: El THCA alcanza su mayor concentración. Es el momento óptimo si buscas un efecto más psicoactivo (una vez descarboxilado), energético y mental.

  • Tricomas ámbar: El THCA comienza a oxidarse y convertirse progresivamente en CBN (un cannabinoide más sedante). Aquí el efecto será más físico, calmado y medicinal.


¿Y por qué se recomienda el 50/50?


Porque en ese equilibrio entre tricomas lechosos y ámbar logras una experiencia completa y balanceada: sube, sostiene y luego relaja. Ni te clava, ni te agita demasiado.Perfecto si buscas una flor versátil para distintos momentos del día.

Eso sí, este punto no es una ley escrita:

  • ¿Quieres algo más activo? Cosecha con predominancia lechosa.

  • ¿Buscas algo más relajante? Espera a que los ámbar dominen.

  • ¿Haces extracciones? Afina la lupa: busca glándulas grandes, maduras, y listas para desprenderse del tallo.


Cuando la planta tiene estrés o una etapa de peligro, naturalmente comienza a protegerse, creando mayor cantidad de tricomas. Lo que  para el cultivador finalmente se resume en mejor sabor (una mejor calidad). Es aquí en donde el efecto y calidad dependerá también de cuándo cortar y terminar el ciclo de cultivo de nuestra planta. 


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¿Cómo saber cuándo cortar?

  • Usa lupa o microscopio de al menos 60x. A ojo pelado, estás adivinando.

  • No te fíes ciegamente de lo que dice el banco de semillas. Cada planta es única.

  • Observa los tricomas, pero también tu planta entera: olor, pistilos, estructura, incluso su “energía”.


Si haces extracción, fíjate en la forma y madurez de las glándulas, no solo en el color. El momento justo puede significar un hash de campeonato o un lote promedio.

Cuando la punta del tricoma comienza a pasar de un tono lechoso a uno más anaranjado o incluso ámbar, la planta está finalizando su ciclo de producción de cannabinoides, flavonoides y terpenos, dando paso a su etapa de maduración final. En este proceso, el componente químico conocido como THCA (una forma ácida del THC, no psicoactiva, compuesta por 22 átomos de carbono, 30 de hidrógeno y 4 de oxígeno) comienza a degradarse, lo que da origen al CBN, un cannabinoide con propiedades más sedantes.


El resultado: un efecto más narcótico y relajante para el consumidor final (pa' quedar derretido en el sillón).


El momento en que la planta alcanza su punto máximo de producción de cannabinoides y comienza el proceso de maduración —donde el THCA comienza a degradarse— puede variar dependiendo de la variedad o genética.

Una planta con un ciclo de floración de 8 semanas, por ejemplo, puede completar ese proceso en 7 a 15 días (generalmente en híbridas con alto porcentaje índico). En cambio, una genética con 13 semanas de floración podría necesitar entre 2 y 3 semanas adicionales para que sus tricomas maduren por completo.


Es importante recordar que los tricomas que están más expuestos a la luz tienden a madurar antes que aquellos ubicados en el interior de las flores. Por eso, si cosechamos cuando los tricomas externos están lechosos, es probable que los internos aún no hayan terminado de desarrollar todo su potencial en cannabinoides, y eso puede afectar directamente el efecto final.


Entonces, surge la pregunta:"¿Si corto mi planta, el tricoma sigue madurando?"


La respuesta es sí, el tricoma continúa madurando incluso después de la cosecha, durante el proceso de secado y curado. Por eso, esta etapa requiere tanto o más cuidado que todo el cultivo previo. Si sometemos las flores a temperaturas altas o las exponemos a la luz, estas glándulas pueden madurar (y degradarse) más rápido de lo deseado. Esto puede modificar el perfil de cannabinoides y, por tanto, el efecto final del consumo.

De la estructura atómica del THCA es expulsado 1 parte de carbono y 2 de oxígeno para dar paso al conocido delta-9-tetrahidrocannabinol, cuando expulsa 4 átomos de hidrógeno se transforma en CBN  entregando un efecto más narcótico. (aquí influirá en la Tº que sea expuesta la marihuana para liberar una u otro cannabinoide en mayor potencia)

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